Internacional

Arabia y Rusia, contra el fracking de EU

Expertos ven en la decisión de subir la producción que se sobrelleve una deflación y hundir la industria petrolera en países como Estados Unidos

CIUDAD DE MÉXICO.

Un año de elecciones en Estados Unidos que no serán fáciles para el presidente Donald Trump. Un 2020 que arrancó con la epidemia mundial del coronavirus conllevando a una desaceleración económica, y que ahora suma la caída de los mercados por la decisión histórica de Arabia Saudita de multiplicar su producción diaria de petróleo y desplomar el precio del crudo en un abrir y cerrar de ojos.

El barril de Brent cayó ayer 30 por ciento de su valor respecto al viernes, en la mayor baja de los últimos 29 años. Fue un nuevo Lunes Negro, uno que augura turbulencias globales.

Para muchos, las razones hay que encontrarlas parcialmente en el coronavirus. La epidemia ha ralentizado la economía mundial, hundiendo la producción industrial china a mínimos nunca vistos en los últimos 15 años y reduciendo la demanda. En febrero, la Agencia Internacional de Energía estimaba un descenso del consumo de 435 mil barriles diarios. Sin embargo, para otros, es una forma de afectar a los productores estadunidenses, quienes usan la técnica del fracking para extraer crudo y gas.

El Kremlin y Arabia han decidido sacrificar a la OPEP+ para detener a los productores de esquisto de EU, y castigar a ese país por meterse con Nord Stream 2”, comentó a Bloomberg Alexander Dynkin, presidente del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales en Moscú, un grupo de expertos estatal.

Vladimir Putin había dicho en una reunión de Ministros de Finanzas y Energía el pasado domingo que “tenemos que estar preparados para diferentes escenarios”. Dijo que no estaba claro cuánto tiempo continuaría la situación, pero expresó su confianza en que la economía rusa podría enfrentar cualquier caída de precios del petróleo.

La OPEP se mostraba más optimista, pero redundaba en la tendencia: la demanda se desplomaría 19% en el primer trimestre del año. Los países miembros de la OPEP se reunieron el pasado fin de semana en Viena para tratar la cuestión. Su acuerdo preliminar era claro: recortarían la producción unos 1.5 millones de barriles diarios para mantener el precio del barril. Cuando al día siguiente Rusia se sentó a la mesa el pacto, saltó por los aires.

Sus empresas seguirían extrayendo a plena capacidad, sin restricción alguna. Arabia Saudí interpretó el órdago como una declaración de guerra, y anunció un repunte de su producción para hundir los precios y castigar a las explotaciones rusas. Aramco pasaría de producir nueve millones de barriles al día a 12 millones. La decisión reventó los mercados, y esboza sobre el horizonte un escenario antaño remoto: el barril a 20 dólares.

Los saudíes son quienes extraen a menor coste, con mucha diferencia. Los demás productores afrontan un momento de ajuste, especialmente aquellas empresas operando en el mercado del fracking estadunidense.

SUPERVIVIENTES

¿Quién gana? La cuestión para los expertos es quién tiene más capacidad para resistir un escenario en el que todos pierden. Arabia Saudí es la mejor posicionada por sus amplios márgenes y costos de explotación más reducidos. Pero también Rusia, o al menos eso cree.

Durante los últimos tres años había colaborado con la OPEP reduciendo su volumen, hundida en lo económico y muy dependiente del petróleo. Ahora, con sus cuentas saneadas, Putin se puede permitir un barril más barato, de ahí su negativa a pactar otro recorte.

Para David Formon, analista y consultor energético, la decisión puede ser sobrellevar la deflación y en el camino hundir la industria del fracking en EU.

Lo explicó Bloomberg la semana pasada: los pequeños productores estadunidenses necesitan precios más elevados, en torno a 50 dólares el barril, para que sus explotaciones sean rentables. Ahora afrontan un escenario similar al de 2014, cuando otro repunte de la producción arrasó con el sector.

Por un lado, Rusia y Arabia Saudí aspiran a amortiguar el desplome del precio vendiendo más, especialmente a China; por otro, Rusia cree que una guerra a la baja dañará las explotaciones estadunidenses.

Si bien el colapso en los precios del petróleo que comenzó a fines de 2014 (debido a que Arabia Saudita inundó el mercado) finalmente resultó en cientos de productores de esquisto que declararon la bancarrota del Capítulo 11, el resultado de ese proceso es que la mayoría de esas compañías se reorganizan y vienen de vuelta con mucha menos carga de deuda”, agregó Formon.

Lo cierto es que los analistas coinciden en que, en un año electoral para Estados Unidos, tener un problema que afecte la economía por esta guerra petrolera, podría ser una piedra en el camino para los republicanos.

Una caída de los precios a 20 dólares afectaría profundamente los bolsillos de los productores de petróleo.

UNA RECESIÓN INEVITABLE

Una recesión mundial ahora es casi inevitable en 2020, advierte el CEO de una de las organizaciones de servicios y asesoría financiera independientes más grandes del mundo.

La advertencia de Nigel Green, director ejecutivo y fundador de deVere Group, se produce cuando las acciones mundiales y los rendimientos de los bonos del gobierno cayeron después de que los precios del petróleo bajaron casi 30 por ciento ayer.

Señala: “La mayor caída de un día del petróleo desde la guerra del Golfo de 1991 ha impulsado aún más la venta masiva en los mercados bursátiles mundiales que comenzó hace un par de semanas por temor a que el coronavirus dañe gravemente el crecimiento económico.

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