SALTILLO.

 Poco más de 70 migrantes centroamericanos improvisaron un campamento, con mantas, lonas, cobijas y otros objetos, para instalarse en las inmediaciones del puente internacional que divide la Ciudad Acuña, Coahuila, con la del Río, Texas, buscando asilo político en Estados Unidos.

Son personas que desde varios meses no han logrado concretar una entrevista con autoridades estadunidenses.

Las autoridades que vigilan el puente han impuesto una multa (que no ha sido especificada) a quienes intenten ayudar a los migrantes.

En tanto, en Piedras Negras, la capacidad de los albergues superó el tope y las autoridades alertaron que ya no pueden recibir a más personas.

El alcalde, Claudio Bres, señaló que entre las nacionalidades que más arriban a esta ciudad están los cubanos, seguidos de los mexicanos, brasileños, venezolanos y hondureños.

Además, activistas en Tijuana mostraron preocupación por la suspensión de visas humanitarias por parte de México ya que, señalan, podría derivar en un conflicto similar al de finales de 2018, cuando una caravana llegó a la ciudad y se enfrentó con los habitantes.

TRES MIL SIGUEN SU RUTA

Al menos  tres mil migrantes caminaron desde las tres de la mañana de ayer para llegar a Mapastepec, donde otro grupo aguardaba en la unidad deportiva de la ciudad en lo que hallaba otra estrategia para continuar su camino y evitar que las autoridades los detuvieran. La avanzada decidió seguir hacia Pijijiapan.

Ellos se quejaron de que la iglesia de Escuintla “sólo les dio cena” y agua.

Un cubano señaló que hay gente dentro de la caravana que incita a abandonar el grupo.