El atentado contra Igor Kirillov, jefe de las Tropas de Protección Nuclear, Biológica y Química de Rusia, es el ataque más letal contra un alto mando militar en Ucrania y ocurre en un entorno convulso de la guerra en Ucrania.
De inicio, es un hecho que vulnera la seguridad de los más altos mandos en Rusia.
A esto se suma el contexto internacional, en el que hay incertidumbre sobre el apoyo de Estados Unidos a Ucrania, debido al regreso del presidente electo Donald Trump a la Casa Blanca, el próximo 20 de enero.
MOSCÚ LO INVESTIGA COMO CASO DE TERRORISMO
El ataque, que Moscú investiga como un caso de terrorismo, ha sido ejecutado un día después de que el SBU imputara a Kirillov por su supuesta responsabilidad en el uso de armamento químico en el país en el marco de la invasión, desatada en febrero de 2022 por orden del presidente ruso, Vladimir Putin.
Ucrania lanzó a principios de agosto una ofensiva sorpresa en la región rusa de Kursk, la mayor en territorio ruso desde la Segunda Guerra Mundial, y aún controla una pequeña parte de la zona.
SANCIONADO
Desde 2017, Kirillov era jefe de las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de las Fuerzas Armadas Rusas.
El militar de alto mando Kirillov había sido sancionado por el gobierno de Gran Bretaña por el uso de “armas químicas inhumanas” en el campo de batalla contra Ucrania.
Acusó a Occidente y a Zelenski de violar protocolos de seguridad nuclear.
MOMENTOS DEL ATENTADO
El artefacto letal. La patineta eléctrica se encontraba recargada a un costado de la puerta del edificio.
Estallido. Ambas víctimas habían avanzado pocos pasos cuando se detonó la explosión.
El explosivo.
La bomba contenía unos 300 gramos de material explosivo, suficientes para alcanzar unos 17 metros.
Para causar una muerte, la misma cantidad de TNT tendría que explotar a unos 1.55 metros de distancia de una persona, según estimaciones publicadas por la cadena BBC.
Víctimas. El cuerpo del hombre y de su acompañante quedaron tendidos sobre la nieve luego del estallido.
