REMOLINO POLITICO
Noviembre 13 2017
Mario CASTELLANOS ALCAZAR
El presupuesto que la federación destino a Oaxaca para el ejercicio 2018, que es de ciento un mil millones de pesos tiene tintes políticos electorales. Huele a leguas. De lo que se trata es simular el desarrollo productivo, combatir la pobreza y marginación a costa del voto de los oaxaqueños para obtener el triunfo electoral con la finalidad de ganar la Presidencia de México, senadurías, diputados y presidencias municipales.
Desde luego que los 101 mil millones de pesos son fabulosos para el despegue del desarrollo económico de la entidad oaxaqueña que se ha mantenido en el rezago histórico y ha dado lugar a graves problemas sociales, políticos y económicos, pero si se aplicarán con transparencia y criterios democráticos e igualdad social, sin embargo esto huele a tintes electorales.
El Presidente Enrique Peña Nieto y el gobernador Alejandro Murat Hinojosa están obstinados en rescatar a Oaxaca, en lo político, es decir, para que el PRI gane la Presidencia de México y asimismo los puestos de elección popular con la finalidad de que el mandatario oaxaqueños siga conservando el poder omnímodo, pues de perder la mayoría legislativa del Congreso del Estado y las presidencias municipales más importantes, se le vendría abajo el control político y por consiguiente para el año 2022 el PRI volvería a perder la gubernatura en Oaxaca.
El foco de atención de los gobiernos, el federal y el estatal, no es en estos momentos el desarrollo social, político y económico, sino a toda costa mantener el poder hegemónico priista para no entregarle los puestos de elección popular, llámese Presidencia de México, senadurías y diputaciones al Partido de Regeneración Nacional, MORENA, que por hoy es el organismo de izquierda a vencer en el proceso electoral del año 2018.
Mientras tanto, Oaxaca sigue abatida en la pobreza y la marginación propiciada por los gobernantes de extracción priista y también del reciente pasado impulsado por la coalición: PAN; PRD; PT, que recayó en Gabino Cué Monteagudo, por tanto la entidad oaxaqueña sigue siendo un laboratorio político electoral, sin que los ancestrales problemas tengan tintes de solución, sino todo lo contrario, se multiplican y agudizan causando un fondo de violencia, inseguridad, falta de empleos, aumento de crímenes, robos secuestros y violaciones de los derechos humanos.
Lo crítico es que el gobernador Alejandro Murat Hinojosa, no ha pintado bien en la solución de las demandas y por consiguiente se le sale de las manos el poder político y todo parece que la situación de inestabilidad se le revertirá de perder el proceso electoral del año 2018 y por con siguiente su suerte depende de quien gane la Presidencia de México y los demás puestos de elección popular, incluso se vislumbra que dejará la gubernatura antes de terminar su periodo tomando en cuenta que a un año de su mandato está muy zarandeado y agazapado por las organizaciones sociales y políticas.
Prácticamente es un rehén de los grupos beligerantes de la entidad oaxaqueña, por citar al magisterio disidente, a los normalistas, los grupos encontrados de la Confederación de los Trabajadores de México, CTM, la organización 14 de junio, grupos antagónicos y la ciudadanía en general, al considerar que en Oaxaca hay un gobierno débil y que paulatinamente va perdiendo el principio de gobernar, pese a que da un color de una monarquía autoritaria, sin visos de participación democrática ni métodos de trasparencia en el manejo del presupuesto de la federación.
REMOLINEANDO.
El Presidente Municipal de la ciudad de Oaxaca de Juárez, José Antonio Hernández Fraguas, se dio aires de grandeza en la convención de las Naciones Unidas Contra la Corrupción que se llevó acabo en Viena Austria en representación de 33 países, es decir mucho “cache” para tan poca representatividad, pero todo fue pura politiquería, porque ya empieza a delirar en la búsqueda de su reelección de la presidencia que ostenta por dos años y quiere otros tres, pese a los graves problemas de integración social, política y económica que acumula en su municipio gobernado en donde reina la inseguridad y la falta de servicios públicos en la propia ciudad y más de 200 colonias de la periferia capitalina, no obstante que se da baños de pureza al reiterar que “la sociedad es la base para combatir la corrupción y que para gobernar mejor las autoridades municipales deben tener la capacidad de comunicarse con la ciudadanía”.
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