- Académicos destacan que los resultados del acuerdo entre México y EU dependen, en gran medida, de acciones internas del gobierno federal conectadas con autoridades estatales y municipales
Académicos de la UNAM consideraron que el reciente acuerdo de Entendimiento Bicentenario que firmaron los gobiernos de México y Estados Unidos no representará en lo inmediato una baja en los delitos de alto impacto en nuestro país o en la migración centroamericana, puesto que ello depende en gran medida de acciones internas, en el primer caso y en el segundo, de una participación más activa de los gobiernos de esta región que se han mostrado ausentes frente al fenómeno.
El doctor Raúl Benítez, especialista en geopolítica y seguridad en América del Norte, destacó la coincidencia institucional entre las dos administraciones para caminar rumbo al fortalecimiento en el asunto de seguridad, solo que a México le corresponderá una mayor labor.
“Para que haya una mejora en materia de seguridad, en otras palabras, que disminuyen los homicidios en el país yo creo que el esfuerzo tiene que ser 80 por ciento mexicano. O sea que el gobierno tenga voluntad para decirle al gobierno del estado ‘x’ o ‘y’ me purificas tus policías y decirle al Centro Nacional de Inteligencia has inteligencia y decidirse a capturar a los líderes y a los narcopolíticos que los apoyen.
“Es muy prematuro decir que con esta alianza que firmaron los dos países van a bajar la violencia o los homicidios, no lo creo, tienen que ser medidas internas del gobierno conectadas con gobiernos y municipios”, subrayó.
Lo mismo en el caso de la migración, aunque Estados Unidos ha dicho que apoyará a combatir las causas de la migración, como es la pobreza y falta de oportunidades, se debe recorrer un largo camino para que fluyan los recursos económicos suficientes y sobre todo, nuestro país también debe trabajar en disminuir los casos de corrupción en instituciones involucradas en el tema de migración.
“Todos los programas de combate a la pobreza en cualquier parte del mundo tienen un tiempo largo de que tengan efecto. Por ejemplo, para que un joven no migre necesita tener estudio y trabajo, o una cosa y la otra y su familia también, sentirse estimulado a quedarse en su país, pero si sus primos en Estados Unidos tienen un salario 10 veces superior al de él, por mucho trabajo que le ofrezcan mal pagado va a migrar.
“Entonces debe haber trabajos bien remunerados y para ello se requieren de grandes cantidades de recursos y no sabemos si el Congreso de Estados Unidos o el de México los vayan a canalizar”, añadió Benítez Manaut.
En ello coincidió Roberto Zepeda Martínez, especialista en Relaciones Internacionales, quien dijo que países como Guatemala, Honduras, El Salvador y Haití deben sumarse a las acciones para desincentivar la salida masiva de sus ciudadanos.
“Esto hay que verlo como un problema regional, transnacional porque entre más países se involucren es mejor. Por lo pronto, hay este entendimiento que yo lo tomaría como el punto de inicio, de partida y partir de ahí ponerse objetivos claros”, sostuvo.
Ambos especialistas de la máxima casa de estudios señalaron que para darle una mayor formalidad y compromiso a este acuerdo bilateral y en general a la relación, faltaría que se concretara el encuentro presencial entre los presidentes López Obrador y Biden que, pudiera darse en el marco de la próxima visita del presidente mexicano a Nueva York, la segunda semana de noviembre.
