Nacional

Baja 30% la violencia escolar con programa de convivencia

La directora del PNCE, Esther Oldak, informa que 9 de cada 10 profesores consideran que la convivencia entre alumnos ahora es armónica; alistan encuesta a estudiantes

 

CIUDAD DE MÉXICO

La violencia escolar dentro de los planteles educativos se ha reducido en un 30 por ciento, como resultado de la puesta en marcha hace cuatro años del Programa Nacional de Convivencia Escolar (PNCE).

En entrevista con ExcélsiorEsther Oldak Finkler, Directora General del PNCE de la Secretaría de Educación Pública (SEP), explicó que la dependencia federal realizó una evaluación con maestros y directores, para verificar los resultados de la política nacional para una escuela libre de violencia, en la cual, 9 de cada diez docentes consideraron que actualmente la convivencia entre los alumnos es armónica y que las agresiones intraescolares se han reducido.

“En la SEP realizamos una evaluación entre los docentes y los directores en cuanto al desarrollo de las habilidades socioemocionales y en torno al clima escolar. El resultado fue que se ha dado una reducción de alrededor del 30 por ciento de las conductas violentas.

 

“También medimos lo que se denomina la cultura de la legalidad y de la paz, donde hay una mejoría impactante. Lo que sigue es una nueva evaluación, pero ahora, consultando a los estudiantes, para saber si la percepción de los alumnos coincide con la percepción de sus maestros”, detalló.

El PNCE, que nació en 2014 como un “Proyecto a favor de la convivencia escolar”, actualmente se aplica en 90 mil planteles de educación básica a nivel nacional, beneficiando a 16 millones de estudiantes, con el apoyo de los docentes y de padres de familia. La orientación y los talleres de inclusión se realizan una hora cada semana dentro de los horarios de clases.

Su objetivo, explica la neuropsicóloga Esther Oldak Finkler, quien elaboró todo el plan de trabajo y los materiales educativos, es terminar y sobre todo prevenir el acoso escolar, que, a diferencia del bullying, incluye toda conducta de riesgo como, por ejemplo, el abuso escolar, la violencia física o sexual o la detección de armas dentro de los planteles.

“Es una estrategia formativa y preventiva para el desarrollo de las habilidades socioemocionales, que impulsan la aceptación y el respeto por nuestros compañeros y por quienes son diferentes. Además, se busca elevar la autoestima de los niños y   lograr la resolución de conflictos mediante el diálogo y la búsqueda de acuerdos”, señaló Oldak Finkler.

Dentro del Programa Nacional de Convivencia Escolar, se enseña a los padres de familia y a los maestros a identificar conductas de riesgo y a conocer los síntomas que un niño presenta si está siendo víctima de cualquier tipo de acoso escolar.

Además a los docentes, se les enseña a manejar el estrés laboral y a elevar también su autoestima.

El objetivo del PNCE es lograr que los niños sean felices, que sean niños estables porque un niño que se siente tranquilo, es un niño que se relaja, un niño que enfoca, es un niño que aprende.

“Cuando un niño sufre acoso, el cerebro está listo para reaccionar en caso de una emergencia y cuando el niño todo el tiempo se siente amenazado, está con la espada desenvainada porque piensa que alguien lo va a molestar, no se relaja y está ansioso todo el tiempo.

“Un niño ansioso no aprende, el cerebro de un niño preocupado no absorbe, no retiene. Así que necesitamos que nuestros niños estén tranquilos y que lo único que les preocupe sea aprender”, detalló la neuropsicóloga de la SEP.

Esther Oldak Finkler señaló que luego de realizar una evaluación al PNCE, el Fondo de las Naciones Unidas para la infancia (UNICEF) confirmó que todos los materiales de trabajo están alineados para impulsar una cultura de la paz que defiende los derechos humanos, por lo que, enfatizó, dicho programa debe trascender el cambio de gobierno.

“Este programa debe ser transexenal, necesita tiempo de gestión, necesita irse plantando en las mentes de los niños, los niños necesitan hacerlo suyo.

“Es importante que los niños y las niñas sepan que tienen el derecho a elegir, a ser felices y eso solo se logra con tiempo de maduración, porque si el programa se corta, las generaciones de niños que ya se están educando para prevenir y evitar el acoso escolar, van a interrumpir su formación de paz y después se tendrá que empezar de cero”, alertó Esther Oldak Finkler, Directora General del Programa Nacional de Convivencia Escolar.

 

EL CAMBIO

“Cuando llegué a la escuela, me peleaba con todos mis compañeros. Luego, cuando pasé a tercero de primaria, como ya me habían enseñado mis maestros a convivir, aprendí a no ser agresivo.

“Ahora pienso que si hay más niños como yo, deberían entrar a este programa de convivencia para calmar su enojo. Ahora se, que la convivencia significa estar bien con mis compañeros, con mis papás y con mis maestros”, relata Aarón Moreno Garfias, alumno de la Escuela Primaria Urbana “José María Morelos y Pavón” del estado de Guanajuato.
El estudiante de educación básica,  fue diagnosticado con Déficit de atención (TDAH) y además padece convulsiones. Su condición neurológica le provoca estados de ansiedad que derivaron en una conducta violenta.

No obstante su vida cambió, cuando fue atendido de manera multidisciplinaria en el Programa Nacional de Convivencia Escolar (PNCE).

A través de talleres y de atención psicológica, sus papás y maestros, le ayudaron a eliminar su enojo y su ansiedad, a través de la aceptación de su enfermedad y de impulsarlo a elevar su autoestima. Aarón ya no pelea.

PATRICIA RODRÍGUEZ CALVA/EXCELSIOR

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