Equipos de rescate enfrentaban este martes el lodo y la lluvia para buscar sobrevivientes de los deslizamientos que azotaron localidades en el centro de Filipinas, donde al menos 42 personas han muerto a causa de la tormenta tropical Megi.
Más de 17 mil personas huyeron de sus casas cuando la tormenta arremetió en los últimos días contra el país asiático, donde inundó casas, cortó carreteras y provocó apagones.
Las provincias de Leyte, Negros Oriental y la principal isla sureña de Mindanao están entre las más afectadas, según el organismo nacional de desastres.
Se supone que es la temporada seca, pero quizás el cambio climático varió eso”, indicó Marissa Miguel Cano, portavoz de Baybay City, en Leyte, donde se ubican varias aldeas devastadas.
Algunos residentes lograron escapar o fueron sacados con vida del lodo, aunque se teme que muchos siguen atrapados.
La tormenta ocurrió cuatro meses después de que un súper tifón devastó gran parte del país archipiélago, donde mató a más de 400 personas y dejó a cientos de miles sin casa.
Los científicos han advertido que los tifones se han fortalecido más rápidamente como efecto del cambio climático.
Filipinas, uno de los países más vulnerables a sus impactos, suele recibir anualmente unas 20 tormentas por año.
