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Cómo el sueño de un imperio mexicano con Guatemala se desmoronó

  • Tras la lucha de Independencia de México, Agustín de Iturbide exhortó Guatemala y las naciones centroamericanas a que se unan al Imperio Mexicano.

Tras el triunfo de la Revolución de Independencia de México, el primer mandatario del nuevo país independiente, Agustín de Iturbide, abrazó el sueño, aunque breve de convertir a la nación en un imperio.

Y aunque su sueño duró apenas tres años, fue suficiente para anexar, aunque por muy poco tiempo a Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Honduras como parte de México. 

Para ello, Iturbide envió cartas a la provincias centroamericanas, aun antes de consumarse la independencia, en las que exhortaba a sus dirigentes a unirse a México.


El sueño de crear el Imperio


Desde el virreinato, la relación entre la Nueva España y la capitanía general de Guatemala, que agrupaba a todas las naciones centroamericanas, era peculiar, pues aunque dependía de la Nueva España administrativamente, gozaba de cierta autonomía debido a la dificultad de las comunicaciones. 

“Era una entidad dentro de la monarquía española que en algunos aspectos, en términos genéricos, judiciales, administrativos, estaba sujeta al virreinato de la Nueva España, pero no en otros aspectos, de modo que para 1821 podía considerarse que no era estrictamente parte del virreinato”, explicó Mario Vázquez, historiador e investigador del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe.

Tras la independencia de México, Agustín de Iturbide exhorta a Guatemala y las naciones centroamericanas a que se unan al Imperio Mexicano, por lo que se dio un debate, en el que algunas de las provincias vieron una oportunidad de fortalecerse al adherirse a la nueva nación, relató  el también autor del libro “El Imperio Mexicano y el Reino de Guatemala. Proyecto político y campaña militar, 1821-1823”.

“En la propia capital guatemalteca se proclamó la independencia pero no se acordó la unión a México. Esto da a lugar a una serie de debates y confrontaciones políticas que se resolvieron a principios de 1822, cuando las autoridades de la capitanía de Guatemala decidieron en nombre de todas las provincias la unión a México”, señaló.

Así, de manera súbita, el 5 de enero de 1822, todo Centroamérica se unía a México.


El impedimento de la unión de una nueva nación 


Sin embargo, la anexión no fue avalada completamente, ni se mantuvo por mucho tiempo. La provincia de El Salvador se alzó en armas, pues tenia la intención de adherirse a Estados Unidos por lo que Iturbide envió a uno de sus lugartenientes, Vicente Filisola, a sofocar la insurrección. 

Pero el sueño del Imperio Mexicano se derrumbó cuando Iturbide fue derrocado, y aun antes, cuando encarceló en 1822 a los congresistas centroamericanos que visitaron la capital mexicana, acusados de conspiración.

“Entre aquellas provincias que se habían unido a México se vuelve a discutir si la unión a México había sido beneficiosa o no y se reúne un Congreso con diputados de todas las provincias centroamericanas y el 1 de julio de 1823 acuerdan separarse definitivamente de México, en un documento que se conoce como el Acta de Independencia Absoluta de Centroamérica. Esa es la separación definitiva”, dijo.

De acuerdo con el experto, además del derrocamiento de Iturbide otros factores motivaron la escisión del Imperio Mexicano. Uno de ellos fue la falta de recursos para distribuirlos entre las provincias centroamericanas.

Aunado a esto, el vasto territorio impedía la unión de la nueva nación, y aunque Iturbide envío un contingente de 500 soldados para controlar todo el istmo, lo que resultó insuficiente. 

Mario Vázquez consideró que tanto México como las naciones de Centroamérica perdieron la oportunidad de formar un solo país grande y poderoso, capaz de hacer frente a la incertidumbre de la Independencia.

“Al final cada uno tuvo que hacerle frente a esta circunstancia por su propia cuenta. Y ambos, acanto los centroamericanos como los mexicanos, en ese proceso turismo grandes pérdidas. Centroamérica finalmente quedó dividida en cinco repúblicas, pequeñas, débiles. Y México perdió una gran parte del territorio a manos de Estados Unidos. Tuvimos pérdidas que quizá si se hubiera mantenido la unión hubiéramos podido enfrentar de mejor manera”, concluyó.

Agencia: Excélsior

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