Internacional

Disfraces arrancan sonrisas durante la pandemia

 

CLIFTON, Estados Unidos.

Un colorido elenco de personajes aparece día tras día en el porche de una casa a las afueras de Washington DC, instando a no perder el optimismo durante la pandemia y quedarse en casa para frenar la propagación del nuevo coronavirus.

Al principio, Erin Kemble simplemente quería entretener a sus primos pequeños, a quienes extrañaba ver, y mantenerse ocupada luego de que cerrara la empresa de catering donde trabajaba.

Pero su idea, que viene poniendo en práctica desde hace un mes, se ha transformado en una forma de hacer reír a la gente durante un momento sombrío para todo el planeta, con mensajes que llegan desde Arizona y Tokio.

Todo comenzó con el disfraz de un cerdo y un letrero que decía “Este cerdito se quedó en casa“, en alusión a la popular canción de cuna. Cuando esa imagen cosechó 30 mil “me gusta” en las redes sociales, pensó que podría aventurarse con otras, además de hacer alarde de su flamante fama ante sus tres hijos en edad universitaria y secundaria.

Así terminó armando una verdadera tienda de utilería, donde hurga y reutiliza todo, desde camisas prestadas hasta una piscina infantil de plástico y uno de los perros de la familia. El objetivo: crear divertidas imágenes en su “escenario”, el porche de su casa en Clifton, Virginia, muy cerca de la capital de Estados Unidos.

“Probablemente podría hacer esto por el resto de mi vida”, dice una sonriente Kemble. “Este es mi paraíso: jugar con disfraces en mi propio porche”.

A los personajes de la cultura pop y películas de Hollywood se suman frases famosas que incluyen juegos de palabras para pedirle a las personas que cumplan el confinamiento, se laven las manos y mantengan la calma.

Así, por su porche desfilaron ET, el extraterrestre que llama a “quedarse en casa“, y Waldo, el personaje “perdido” de los libros ilustrados, que con su icónica camisa a rayas rojas y blancas y su gracioso sombrero dice “¡Estoy aquí!”

Kemble a veces pide ayuda a sus hijos, aunque hasta ahora no han aparecido en ninguna imagen. Su hija Ellie, por ejemplo, le prestó su suéter rojo favorito… que terminó convertido en una peluca para el disfraz de La Sirenita, cuyo mensaje era “Besa a la niña – desde lejos“.

DEPRESIÓN Y CONFINAMIENTO

La idea gustó en el barrio: los vecinos le gritan saludos al pasar por la calle caminando o le tocan la bocina desde sus automóviles. Todos parecen saber sobre los disfraces del porche de Kemble, o los han visto en las redes sociales, especialmente en la cuenta de Instagram “erinsporchpics“.

Kemble siempre reacciona con gran sonrisa y un comentario alegre. Pero a pesar de su exterior optimista, dice que ha sufrido depresión la mayor parte de su vida, lo cual es una de las razones detrás de los mensajes de sus personajes.

“Sigan hablando. ¡Su salud mental es muy importante!”, urgió en el letrero que acompañó su interpretación de una escena icónica de la película de 1989 de John Cusack “Say Anything” (“Un gran amor”, en España, “Digan lo que quieran”, en Hispanoamérica).

Kemble no teme hablar de su batalla contra la depresión. “Soy muy abierta y honesta sobre eso, y he sido tratada toda mi vida adulta”, dice, y agrega: “Es algo que sé que sufre mucha, mucha gente“.

Por eso espera que sus imágenes le den a esas personas algo que esperar y un recordatorio de que las cosas mejorarán.

“Esto me mantiene cuerda”, asegura. “Y si esta tontería hace reír a alguien … está bien”, añade Kemble. “Se debe tener esperanza”.

Las decenas de comentarios positivos que ha recibido muestran que al menos ofrece entretenimiento y un momento alegre en medio de las malas noticias que rodean a la Covid-19.

“Estoy atrapada en casa, tengo una imaginación loca. ¿Por qué no hacer esto sí podría beneficiar a alguien?”, se pregunta.

“Tal vez me he estado entrenando para algo así toda mi vida”.

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