Por Horacio coro Espinosa
Para el 20 abril de 2018
A veces no entiendo el destino. Mejor dicho, casi nunca lo entiendo.
No entiendo, por ejemplo, porqué ciertos personajes están en cargos que no les corresponden. Seguramente porque el destino se equivocó. Esta es la más fácil respuesta. Pero también puede ser, porque hay hombres más poderosos que están sobre el mismo destino.
Todos en alguna ocasión nos hemos preguntado porqué determinado personaje está en la cresta de la política, o porqué los mismos de siempre aparecen en los cargos de mayor responsabilidad pero sin llevarla a cuestas.
Esto viene por lo sucedido el miércoles de esta semana en el complejo administrativo de Ciudad Judicial, donde estuvieron secuestrados, ésta es la palabra exacta, los trabajadores del gobierno del estado de Oaxaca.
Habitantes de Santo Domingo Teojomulco cerraron todos los accesos del complejo para que nadie pudiera salir del mismo, porque según ellos, sólo con esa presión, podrían ser atendidos por el Secretario General de Gobierno, Héctor Anuar Mafud Mafud, y principalmente, el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Raúl Bolaños Cacho Guzmán.
Pasaron más de 12 horas para que estos dos “servidores públicos” se dignaran atenderlos. Mientras tanto, pusieron a los trabajadores de ese lugar como carne de cañón. Estos dos señores prefirieron que ensangrentaran a más de una docena de ellos, por los certeros resorterazos de los de Teojomulco.
Pero no sólo eso, sino que estos funcionarios pusieron en riesgo la vida de los que se encontraban adentro, pues hubo dos disparos al aire por parte de los secuestradores.
Varias mamás tuvieron que meter sus pies a las aguas negras con tal de salir de los edificios para poder recoger a sus hijos de la escuela.
¡Qué vergüenza de representantes del gobierno!
La ingobernabilidad se transpira en la entidad oaxaqueña. Sí el gobierno de Alejandro Murat no pudo meter las manos por sus trabajadores, mucho menos lo va a hacer con el pueblo, eso está clarísimo.
Y otra vez, Oaxaca volvió a ser alboroto en las redes sociales y en la mayoría de los medios de comunicación nacional.
Ojalá que con esto, principalmente el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Raúl Bolaños Cacho Guzmán, entienda que el arribismo de los logreros, el ventajismo de los oportunistas, de esos seres pequeños que al no lograr ser, se montan en su soberbia y de allí nadie los puede bajar.
La negativa de Raúl Bolaños por atender a los secuestradores, no es más que una muestra de traición a quien lo puso en el cargo que hoy ostenta. No creo que José Murat Casab, se sienta satisfecho con el papel que está desarrollando como Presidente del Tribunal de Justicia, pues con su orgullo, desmorona los buenos propósitos que pueda tener el hijo como gobernador del estado de Oaxaca.
No creo ser la única persona enfurecida por lo sucedido en Ciudad Judicial. Yo creo que también está enfurecido el personal de ese lugar, las familias de cada uno de estos, y los habitantes de las casas aledañas al complejo porque también fueron secuestrados en sus domicilios.
¡Qué vergüenza! Al oaxaqueño siempre se nos ve como lo peor de todo el país, pero se nos ve mucho más abajo todavía, cuando hacen el recuento de nuestros representantes políticos. ¡Qué vergüenza!
No cabe duda que sólo que en Oaxaca, cualquiera que tiene fuero le sale lo mediocre. Con un trozo de poder en sus manos se convierte en soberbio, arbitrario y arrogante.
¿Cuánto tiempo más seguirá abusando del poder Raúl Bolaños Cacho? Por eso digo que no entiendo el destino, pero también hay que reconocer que hay hombres más poderosos que están sobre el mismo destino, y sobre el mismo destino de Oaxaca.
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