Nacional

Productores rentan sus campos para selfies; diversifican su mercado en Veracruz

Campesinos que sembraron la flor de cempasúchil para esta temporada de Día de Muertos no sólo obtendrán ganancias por la venta de sus cosechas que están a punto del corte para adornar los altares, pues ahora también han encontrado lucrativo el negocio de rentar las parcelas como escenario para fotografías y videos. 

A la par, las autoridades de los municipios de Naolinco y Coacoatzintla impulsaron festivales con actividades artísticas y comerciales de productos de la temporada que atrajeron visitantes. 

En San Pablo Coapan, los pobladores y autoridades levantaron una monumental Catrina que destaca entre las flores “de muerto” y en medio de la neblina de la región montañosa. “Ven a recorrer los campos de cempasúchil” se lee en los carteles que promovieron para invitar a la gente a visitar la comunidad del municipio de Naolinco.

Magdalena Sánchez, una de las productoras de flor, aseguró que cobran entre 300 y 500 pesos por sesión fotográfica; si sólo es un recorrido el costo es menor, aunque ella prefirió no prestar su parcela para los recorridos “porque las flores se maltratan”. 

Dijo que para las sesiones fotográficas ya diseñaron un espacio y es donde  los visitantes pueden pasar a realizar las imágenes. “Ya vinieron; vino una pareja de fotógrafos desde Guadalajara y sí, viene mucha gente y hasta se visten así, de catrines. Yo los dejo que estén un rato, no puedo dejarlos mucho tiempo porque después vienen otros”, explicó.

Aseguró que los campos floreados han sido incluso rentados para fotografías de bodas y 15 años, aunque dijo que ahora busca que las aparten con tiempo. 

Reconoció que año con año se ha incrementado el número de visitantes que buscan mezclarse entre las flores para fotografías artísticas y que ahora generan más ganancias con este tipo de actividades, ya no sólo con la flor que, si bien es una tradición cultivarla, su comercialización les reditúa cada vez menos ante el incremento en los costos de los fertilizantes. 

Juan Pérez Landa, productor de San Pablo, narró que en los primeros días de julio hacen la siembra en almácigos y cuando germinan las semillas las siembran en las parcelas que preparan con antelación, que es una siembra tradicional, que al final ya no veían como negocio, pero que este auge de visitar los campos sembrados consideran que puede dejar dividendos, siempre y cuando también se cuide la cosecha, pues con los paseos hay quienes no respetan los caminos y se meten entre las flores y las maltratan. 

Los productores  cobran entre 300 y 500 pesos por sesión fotográfica.

Si sólo es un recorrido por los campos de la flor el precio es menor.

Indígenas se aferran a
darle vida al cempasúchil

Habitantes del municipio de Chiapa de Corzo siembran cada año la flor de muerto, ni la crisis sanitaria frenó su cultivo; su consumo es, principalmente, para los lugareños

Gaspar Romero/ Corresponsal

CHIAPA DE CORZO, Chis.— Indígenas de la etnia chiapaneca (aunque son pocos) se rehúsan a abandonar la tradición del cultivo de la llamada flor de muerto. Desde junio labran la tierra y en surcos tiran la semilla de cempasúchil para prepararse a la llegada de sus fieles difuntos el 1 y 2 de noviembre de cada año. 

La zona ribereña del río Grijalva ha sido el lugar de los indígenas chiapanecos para la siembra y cultivo de la flor de muerto. Lo heredaron de sus antepasados, incluso, a pesar de la pandemia, lograron vender la flor de cempasúchil directamente del campo al panteón. 

Hay quienes conocen a esta mítica flor y la distinguen del “macho y la hembra”. La “hembra” es distintiva, debido a la forma, similar a la montera del parachico, y el “macho”, permite sostener el follaje de la “hembra”. 

Los habitantes de Chiapa de Corzo son, en su mayoría, católicos, por lo que el cultivo de la flor de cempasúchil forma parte de su cultura milenaria. El corte de ésta empieza el 28 de octubre y culmina el día 2 de noviembre de cada año. 

José Emilio Gómez Cruz es un descendiente indígena chiapaneco, explica que el cultivo de la flor se lleva  a cabo en las zonas conocidas como Ribera de Cupía, Ribera las Flechas, Ribera de Nandaburé y Ribera de Nanlumí, así como en parte de las orillas de la carretera. 

Mencionó que la comercialización es local, son los propios habitantes de Chiapa de Corzo quienes llegan a los sembradíos para comprarla o, en todo caso, se trasladan a la central de Abastos de Tuxtla Gutiérrez, desde donde se distribuye en los mercados. 

 Paralelo a ello también cultivan la llamada flor de seda; sin embargo, en el proceso tienen que enfrentar las plagas que muchas veces acaban con la flor de cempasúchil, la que también, en su proceso de crecimiento, se convierte en el alimento de la “arriera”, hormiga que ha llegado a arrasar con grandes plantíos.  

Una de las costumbres de los habitantes de Chiapa de Corzo es acudir al camposanto por la noche, se preparan desde el día 31 de octubre de cada año y esperan hasta el amanecer la llegada de las almas pequeñas y, posteriormente, se retiran para empezar a llegar desde las 18:00 horas del 1 de noviembre para esperar toda la noche y madrugada del 2 de noviembre la llegada de las almas adultas.

Con Información de Excelsior

Deja un comentario

Back to top button
error: Content is protected !!