QUEBRADERO
Javier Solórzano Zinser
No hay indicios de que la migración centroamericana vaya a disminuir o a atenuarse. En el Gobierno lo saben y prueba de ello es que se han venido instrumentando nuevas políticas y estrategias, las cuales han empezado a dar resultados.
El problema como tal no va a terminarse. Se van a ir presentando nuevas variantes que podrían ser una mayor defensa y respeto hacia los migrantes, pero el fenómeno no va a ser erradicado. Lo que sí está pasando es que hay una mayor conciencia de lo que significa la migración y el porqué de sus razones, a lo que se suma la conciencia que se ha ido adquiriendo sobre los derechos y obligaciones de quienes participan en el proceso.
En algún sentido la migración forma parte de la condición humana. Igual se deja el lugar de origen por razones de sobrevivencia, en busca de mejores condiciones de vida, que por razones personales junto con el interés de conocer otros lugares o querer vivir fuera del país del cual uno es nativo.
Es bueno señalar todo esto, a pesar de ser conocido y repetido. El fenómeno de las caravanas nos hace recordar lo que significa la migración e identificar que no estamos ante una situación de excepción.
La migración ha acompañado la historia de la humanidad. Lo ha cambiado su evolución y las formas en que se manifiesta.
Las migraciones que cruzan por el país están cargadas de riesgos. Las estadísticas muestran que en el caso de la migración mexicana hay una disminución significativa, lo que no la exenta de inseguridad y riesgos.
Las autoridades, la delincuencia organizada, los riesgos que se corren en algunas zonas del país, conforman el todo que enfrentan los migrantes en su paso por México. Para la forma como actúan no les importa que los migrantes sean centroamericanos, mexicanos, haitianos o africanos.
A estas variantes se ha sumado una más en los últimos años. La violencia que se vive en el país que lleva el riesgo a cada esquina. Hay estados como Veracruz en donde el peligro está latente, sin importar si se va en caravana o en pequeños grupos.
Particularmente, en las caravanas hondureñas se ha dado un fenómeno muy delicado. Se han estado infiltrando integrantes de la delincuencia organizada, el abuso a mujeres, las extorsiones y el robo se han incrementado de forma brutal.
Lo que resulta aún más fuerte está siendo la impotencia bajo la cual están los migrantes. En sus países de origen no hay indicios de cambio que fuera ocasión para que disminuyera la migración.
Los programas de ayuda, los cuales presuntamente pactaron México y EU para Honduras, Guatemala y El Salvador —no se puede pasar por alto en el paquete a Nicaragua—, no se han instrumentado. Lo que sí se ha incrementado son los niveles de vigilancia y agresividad por parte del gobierno de Trump.
A esto se suma que nuestra frontera sur está siendo cada vez más severa con los migrantes en sus intentos de entrar al país para tratar de llegar a EU. Con Trump nunca se sabe, pero llama la atención que recientemente haya asegurado que está satisfecho con el “gran trabajo” que está haciendo el gobierno de López Obrador por no dejar pasar a los migrantes por su frontera sur.
No vaya a ser que, a querer o no, le estemos haciendo el trabajo sucio al gobierno de EU con tal de negociar algo con un hombre que hoy dice una cosa y mañana otra. No se olvide que ésta fue una de las críticas que se le hicieron a diversos gobiernos que antecedieron al de López Obrador.
Hay un avance real y tangible con las políticas que está instrumentando el gobierno.
Es necesario frenar la violencia en el país, la vivimos por igual los mexicanos que los centroamericanos.
El otro tema es Trump y con él se sabe que mucho silencio y amor y paz no necesariamente ayudan.
RESQUICIOS.
A la CNTE y a la afamada profesora les gustó el memorándum presidencial. Lo que viene ahora es que el texto esté bajo el marco de la ley. Por lo pronto, el Día del Niño se termina el periodo ordinario de sesiones.
