REMOLINO POLITICO
. Mario CASTELLANOS ALCAZAR
México se despojó de las malas vibras del neoliberalismo mexicano que venía imperando desde hace 36 años y entra en una nueva etapa política, social y económica con el presidente Andrés Manuel López Obrador emanado de la izquierda mexicana, antídoto del viejo régimen que originó la fatal pobreza, explotación, la violencia, inseguridad, los fraudes y la impunidad.
Primero los indígenas de 68 comunidades del país invocaron al más allá con sus ritos misteriosos e hicieron una limpia, un despojo, un exorcismo y un sortilegio al primer presidente de la izquierda mexicana emanado del Movimiento de Regeneración Nacional, MORENA, para que le vaya bien a México.
Así los indígenas que practican el arte de la magia y el ejercicio del chamanismo dieron una muestra de su sabiduría en el zócalo de la capital del país en donde invocaron a la divinidad para despojar de las malas vibras a López Obrador, quien por un momento se entregó a la liturgia, al bien y al mal .Ya purificado recibió de los hechiceros el bastón de mando que durante los próximos seis años lo conducirá por el camino de la verdad y la justicia.
Ya tonificado y cargado de sana energía se fue duro contra los emisarios del pasado, que son parte de la política neoliberal que desde hace 36 años vienen despojando a los mexicanos de sus bienes. Se refirió a los ex presidentes y por supuesto a Enrique Peña Nieto, quienes causaron tan severa crisis social, política y económica, es decir saquearon a México y lo ubicaron en el filo de la corrupción y la impunidad, lo que dio lugar a la brutal violencia, a la delincuencia, la pobreza, explotación y al atraso ancestral que repercute en la baja economía de los sectores de la población.
En el Congreso de la Unión luego de haber recibido la banda presidencial que lo acreditó como presidente de México en funciones le dio dura paliza al ahora ex presidente, Enrique Peña Nieto, quien estuvo presente en el acto de la transición del poder a quien tácitamente le dijo corrupto y causante de la catastrófica situación del país por la depredación que causó el sistema mexicano basado en el neoliberalismo que barrio con todos los bienes y servicios de los mexicanos.
En el periodo presidencial de Peña Nieto la deuda creció en un 50 por ciento, ahora del orden de los 10 billones de pesos por citar una de las razones de la crisis económica, lo que da lugar a los bajos índices de bienestar social de los mexicanos y asimismo Obrador le rompió sus reformas estructurales principalmente la educativa y la energética, que no dieron los frutos esperados. La primera se va a cancelar y la segunda esta en observación, pero se le tiene que hacer una cirugía para reactivar la economía petrolera luego de la baja producción del crudo que irónicamente ahora tenemos que importar a precios altos, a la vez no llegó la inversión extranjera como se esperaba.
Y de ahí se fue al repaso de sus promesas de campaña, mismas que se harán realidad, pus dijo que no le va a fallar a sus representados y por supuesto que cumplirá a cabalidad con todo lo que se refiere a la reactivación de la economía nacional pero también dio confianza a los inversionistas nacionales y extranjeros para crear fuentes de empleo y aumentar la productividad con la finalidad de arraigar en su tierra de origen a los migrantes que se van al vecino país del norte en busca de subsistencia.
Es mucho lo que tiene pensado realizar para mejorar las condiciones de vida de los mexicanos, que a veces parece imposible, pero sí es una realidad inminente plasmada en su plan de austeridad que bajará los altos salarios a los funcionarios, a los magistrados, a los diputados, senadores y del mismo presidente de México.
Lo que se advirtió en su discurso es lo relacionado a la política neoliberal, que fue la causa del desastre nacional. El presidente, Enrique Peña Nieto fue el último eslabón de este sistema de gobierno. A estos y otros funcionarios rapaces les garantizó indulgencias, borrón y cuenta nueva, nada de persecuciones, no a cacería de brujas para no romper con el tejido social que causaría una revuelta y desgaste político y todo ello desviaría la atención del gobierno en turno y asimismo un clima de odio en los sectores de la sociedad, menos iría por la captura y encarcelamiento de Peña Nieto a quien reconoció repetidamente por su honorabilidad y honestidad por el hecho de evitar el fraude electoral y en consecuencia no dudó en reconocer el triunfo de López Obrador, quien se vio visto congratulado en el proceso de recepción y entrega del poder, que ya se hizo una realidad, ahora es presidente de México.
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