NÉSTOR Y. SÁNCHEZ ISLAS
Recién llegado a la presidencia, López Obrador, cumplió la promesa de derogar la Reforma Educativa del sexenio anterior, a la que él calificó de “mal llamada”. La promesa fue con el fin de recibir el apoyo de la CNTE y sus simpatizantes, pero no mejorar la educación.
La reforma educativa de Peña Nieto incluyó una parte administrativa que era indispensable para poner en orden la nómina, plagada de aviadores. De esto se agarraron para afirmar que era una reforma laboral y dejaron de lado el aspecto de la capacitación docente, la evaluación de los estudiantes, la necesidad de conocimientos tecnológicos y científicos o el retiro del control del sindicato sobre las plazas laborales.
En este ciclo el gobierno federal echó a andar a lo que llama “nueva escuela mexicana”, un nombre con más pretensiones que realidades que, de entrada, se lanza contra todo el pasado educativo del país desde la revolución mexicana: supuestamente contra el patriarcado, el positivismo, el nacionalismo y el mestizaje.
Al modelo educativo lo culpa de la “versión alterada” que tenemos de la realidad, que el profesor carezca de una visión de conjunto y que, por tanto, nos inclinemos por el individualismo. Todo esto, por supuesto, es malo desde el punto de vista de la 4T y de acuerdo con el “Marco curricular y Plan de Estudios 2022 de la educación básica mexicana”, un documento de 159 páginas disponible en la página web de la SEP.
Se eliminará la educación basada en asignaturas porque fragmenta el conocimiento, y se sustituirá por campos formativos para remediarlo colocando a la comunidad como el espacio social, cultural, político, productivo y simbólico en que debe estar la escuela y la enseñanza. Este gobierno enfocará sus esfuerzo en lo comunal y territorial, tema del que sabemos mucho en Oaxaca por la conflictividad social que provoca, algunas veces justificada, pero muchas veces solo un pretexto para chantajear al gobierno y sociedad.
Incluye un tipo de estudio que semeja la investigación etnográfica, herramienta de la antropología, al enviar a los estudiantes a las comunidades para observar y obtener información. No suena mal, pero ¿Con que herramientas harán la interpretación? En Oaxaca lo harán de la mano de los muy mal preparados maestros normalistas que tienden a dar a todo un sesgo ideológico radical.
Incluye el nuevo plan de estudios campos de conocimiento en las áreas del lenguaje, saberes y pensamiento científico, ética naturaleza y sociedad y, de lo humano y lo comunitario. Así mismo introduce temas transversales, como el pensamiento crítico, la interculturalidad también crítica, igualdad de género, fomento de la lectura y de la escritura, educación estética y vida saludable. Interesante será conocer el nivel de conocimiento de los propios profesores para introducirse en el campo del pensamiento crítico tomando en cuenta la conducta que por años han demostrado en las calles y sus manifestaciones.
De acuerdo con algunas lecturas, este modelo educativo está basado en las llamadas “epistemologías del sur” planteado por Boaventura de Sousa Santos que, de acuerdo con el Colegio Latinoamericano de Ciencias Sociales, CLACSO, “proponen la expansión de la imaginación política más allá del agotamiento intelectual y político del Norte global”. https://www.clacso.org/epistemologias-del-sur/
Se justifica: “El sur global es una metáfora del sufrimiento humano causado por las grandes formas de opresión, el capitalismo, el colonialismo, el patriarcado, y las varias formas de lucha y resistencia a estas formas de opresión. En este sentido las Epistemologías del Sur intentan ampliar las posibilidades de repensar el mundo a partir de saberes y prácticas del Sur Global, desafiando los intentos de epistemicídio, linguicidio o subalternización epistémica”.
De acuerdo con la anterior, los conocimientos llamados ancestrales que en realidad algunas veces son leyendas y creencias, deben ser colocados al mismo nivel del conocimiento científico. Suponer que se construye conocimiento con base a lo simplemente observado en el territorio o comunidad es vulnerar el derecho humanos de los alumnos a una educación de calidad que debería llevarlos a liberarse de vicios y fanatismo, pero los conduciría en sentido contrario a un pensamiento dogmático que los esclavizaría eternamente a falsos mesías.
Oaxaca padece un evidente rezago en educación y los responsables son conocidos por todos. El magisterio olvidó su tarea de formar a los niños para facilitarles el futuro y se dedicó a tomar calles, plazas y carreteras en búsqueda de poder político y de exprimir al erario para vivir sin trabajar.
A los niños se les quiere enseñar a rechazar y avergonzarse del racionalismo occidental y meterles en la cabeza profundidades filosóficas postmodernistas como lo es la “deconstrucción”, que no comprenden ni los profesores ni mucho menos serán capaces de enseñarlo. Resentimiento en lugar de educación.