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#OPINIÓN | ZONA ROJA | NERI, SUS CRISIS Y LA PLAGA DE CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD

Ismael García M./Zona Roja.

Oaxaca de Juárez, Oax., a 27 de marzo de 2023.- A un año y tres meses de gobierno, Francisco Martínez Neri va directo al precipicio.
Y no es por su falta de voluntad ni ganas de trabajar: es su exceso de confianza en colaboradores que le han fallado, en todos los aspectos. 

Principalmente el supuesto operador político, Felipe Canseco Ruiz, uno de los responsables de la grave crisis que vive el ayuntamiento de Oaxaca de Juárez y que desde la Secretaría de Gobierno hace y deshace a su antojo.

La crisis no sólo es de gobernabilidad, sino también por diversos actos de corrupción, si bien no precisamente desde la presidencia municipal, sí tolerados por Martínez Neri, que cada vez desnuda su endeble mando para corregir el rumbo.

No hay obras, y las pocas que se ejecutan, ni siquiera se han terminado en los plazos establecidos; la crisis de basura sigue ahogando al gobierno y a las finanzas, con un gasto superior a los 50 millones de pesos sólo por traslado de desechos, sin solución, a medio año del cierre del tiradero en Zaachila. Excesiva protección además a CATEM, ante abierto reto a la autoridad con su tiradero clandestino en las riberas del “Atoyac”, desde hace más de medio año. 

La mala relación que tiene con el gobernador Salomón Jara Cruz, también morenista, hace que los apoyos extraordinarios nada más no fluyan; el ambulante y las organizaciones sindicales que los cobija, siguen reinando; y la inseguridad, al tope. 

Inexplicable también que pese a que todos los días hay asaltos a transeúntes, robos a domicilios y de vehículos, mantenga en el cargo a un fracasado secretario de Seguridad, el ex militar Raúl Ávila Ibarra, cuyo único mérito es seguir al edil por doquier… y olvidarse de la seguridad pública. 

EL ENTORNO

Martínez Neri no era el candidato de Salomón Jara Cruz para suceder a Oswaldo García Jarquín, ambos morenistas, pero se impuso la voluntad superior desde el Palacio Nacional.

Pero el mal fario del edil fue marcado desde el año pasado, en que junto con el grupo que encabeza Flavio Sosa Villavicencio, decidió apostar por Susana Harp Iturribarría, con lo cual perdió toda proyección política posterior.

Desde entonces, el jarismo no solamente no ha apoyado a la administración municipal, sino que además azuza desde diversos frentes los conflictos, entre ellos el de la basura.

Poco ha hecho Martínez Neri para conseguir el perdón de Jara Cruz; incluso ha mantenido un débil apoyo hacia Claudia Sheinbaum, contrario a los Sosa Villavicencio, que ahora respaldan abiertamente a Marcelo Ebrard.

Pero de nada ha servido, pues desde el interior del ayuntamiento se siguen generando las crisis, sin que el ex rector de la UABJO y ex legislador federal demuestre capacidad para frenar la ingobernabilidad interna y externa.

EN PICADA

Al menos tres hechos han revelado la debilidad de mando de Francisco Martínez Neri, para poner orden, para exigir resultados y para aplicar la ley.

Hace un año, tras exigencias sociales, reveló la probable corrupción en que habría incurrido su antecesor Oswaldo García Jarquín.

Según dio a conocer en un informe especial, se halló un desfalco cercano a los 400 millones de pesos; supuestamente el caso estaba en manos de la Contraloría municipal, pero a la fecha no hay absolutamente un avance.

Ni habrá; García Jarquín sigue y seguirá impune pues, sabe que el dinero desviado fue a parar a las campañas políticas de Andrés Manuel López Obrador y Salomón Jara. 

Incluso, logró que varios de sus ex colaboradores, entre ellos el principal, el actual síndico Jorge Castro Campos, quedaran en el actual gobierno de Martínez Neri, para vigilar que no haya ningún movimiento en contra del edil. ¿El resultado?: la perdida de credibilidad del actual munícipe.

Por si fuera poco, más de medio año después de que inició el saqueo de alrededor de 800 unidades de motor en el encierro oficial “Primavera”, el ayuntamiento se dio cuenta de ello e interpuso las denuncias correspondientes.

Pero del caso se supo a finales de febrero, en que se comenzaron a rebelar documentos y fotografías, corrupción que tuvo que aceptar Neri que sí existe; ya hay denuncias, hay personas cesadas… pero no hay responsables directos y muchos de los involucrados siguen laborando, principalmente en la Secretaría de Gobierno.

Otro hecho grave fue un caso de tortura en los separos de la policía municipal, que comanda Raúl Ávila Ibarra; nuevamente, tras revelarse en medios de comunicación el video, a principios de este mes, el ayuntamiento aceptó que existió el hecho, a finales del año pasado y que fueron separadas de sus cargos dos personas.

Y de nuevo: una trabajadora de la Secretaría del Medio Ambiente municipal, Maybelline S. B., fue denunciada por cobrar “moches” para realizar dictámenes de poda de árboles; y por presiones mediáticas, el gobierno de Neri aceptó que existe el caso.

¿Cuánta corrupción más hay en el ayuntamiento? Incontables, y la mayoría se refieren en el sector del comercio ambulante, donde los inspectores y funcionarios del área son acusados de pedir dinero para continuar operaciones, en la ilegalidad.

¿QUÉ HARÁ?

En recientes fechas se han dado a conocer renuncias en el ayuntamiento de Oaxaca de Juárez, pero no precisamente de personas ligadas o señaladas por los actos de corrupción.

Adriana Aguilar, priista, dejó vacante la Secretaría de Fomento Turístico, sin explicar mayores razones más que las “personales”; no hubo postura oficial.

Heliodoro Caballero Valencia, panista, dejó la Secretaría de Recursos Humanos, con el pretexto de competir para la Defensoría de los Derechos Humanos.

El año pasado, Alejandro Troconis dejó el área de Servicios Municipales, donde fue nombrado Ferdinando Rosado Duarte, con al menos una década de labores en el ayuntamiento.
Por escándalos, también renunció el perredista Rey Morales Sánchez; nada más.

Neri no confía en los morenistas desde el principio, por eso sus principales colaboradores —con excepción de Felipe Canseco, que traicionó su confianza— son de otros partidos, como los que aún quedan, Dagoberto Carreño Gopar, panista, y Daniel Constantino León, panista-diodorista. 

Pero no le han funcionado. El único sostén, endeble, hasta ahora, de Francisco Martínez Neri, es el Cabildo de mayoría morenista, que a querer o no, respalda algunas de sus decisiones.

Pero tampoco se ha pronunciado cuando en el mismo órgano se han denunciado casos de censura, como lo hizo recientemente Jocabed Betanzos. 

Hay mucha gente de confianza del presidente municipal que sigue defraudando en su función, como es el área de comunicación social, con Adrían García.

Pero las crisis del edil no se superarán si no da un manotazo y comienza a reordenar su gobierno. Si no lo hace, terminará igual o peor de repudiado que su antecesor Oswaldo García Jarquín.

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