REMOLINO POLITICO
Los mexicanos quieren compartir en este proceso electoral la responsabilidad de emitir su voto en las urnas, este uno de julio, con la certeza de que sus derechos ciudadanos serán respetados en la plenitud de sus libertades y sin ninguna restricción abonar en el avance de la democracia.
Por tanto, sin apasionamientos, ni ánimos desbordados hagamos una pausa y sin fobias ni filias salgamos de nuestro letargo para asistir a las urnas a lo largo y ancho del territorio nacional para dar una muestra de civismo y patriotismo en el deber sagrado de elegir a nuestros representantes populares con la intensión de mejorar las condiciones de vida de las familias mexicanas.
Por el bien de México, respetemos el resultado y la voluntad de los más de 85 millones de los electores mexicanos, pongamos orden, de parte del Gobierno Federal, de los estatales, de los partidos políticos y candidatos, para que estas elecciones sean ejemplo de civilidad y no de más violencia, cuando menos, que esta no se propague con los consabidos fraudes y la ambición de los políticos y la mafia del poder, quienes deben anteponer los intereses de la nación por encima de los monopolios y las oligarquías que han hecho de la pobreza y la marginación su modus vivendi.
Tomemos, en cuenta que debemos superar y rescatar al país de las manos de los saqueadores y perversos gobernantes del sistema político mexicano en manos del PRI- PAN-PRD, hasta ahora, que son más de lo mismo, impulsores de las masacres, la inseguridad, la violencia, el desempleo y todos los males que han causado la severa crisis política, económica y social.
Los mexicanos ya quieren un cambio y nuevas estructuras del engranaje gubernamental, un nuevo sistema y un proyecto de nación con nuevos modelos en la economía, en la educación, la salud, pues tal parece que el actual andamiaje político está cercenado y acabado, por lo que todo supone que es el momento de poner alto a estas irregularidades garrafales. Los electores deben ir por el voto razonado, a conciencia, pues de lo contrario iremos por más de lo mismo.
Debemos analizar el resultado de las múltiples encuestas para ver el grado de aceptación y sobre todo si son verídicas. La últimas levantadas por Hora Cero, nos dan los siguiente resultados: López Obrador, 61 por ciento; Anaya, 20; Meade, 11 por ciento y “El Bronco”, 8 por ciento, de ahí que sin manipulación alguna, los electores deben hacer sus propias conjeturas y sufragar por quien tenga mayor credibilidad y aceptación en la ciudadanía, es decir el que este más apegado a la realidad, el que tenga más trabajo político, el más carismático, de más experiencia en las lides políticas y el que nos brinde la certeza que no le fallará a México. El que de la esperanza de acabar de raíz con la corrupción, el que no ataque a la economía familiar con más gasolinazos, con más fraudes, con más corrupción, con más violencia y con desigualdades.
Se espera una elección, este uno de julio, con muchas ansias de un mejoramiento en la vida nacional que nos brinde seguridad para las nuevas generaciones. Solo basta recordar que en dicho proceso electoral que se inició en septiembre del año pasado a la fecha se han perpetrado 138 crímenes al calor de las elecciones para la elegir al Presidente de México, senadores, diputados federales, locales y presidentes municipales a nivel nacional. Son 18 mil puestos de elección popular las que están en disputa y por consiguiente los contendientes entraron en una lucha fratricida que refleja una estructura anquilosada de corrupción, de ahí que surge la violencia descarnada por el poder, pues ello revive las células caciquiles entre los grupos internos y se agudizan los hechos en la sociedad atosigada por los abusos del poder.
Políticos sin carrera, muy reciclados, ambiciosos, que se van pasando los puestos de elección popular, buscan la reelección, se reparten el botín entre sus familiares, hijos, esposas, cuñados, yernos, amantes, sin importar perjudicar a la militancia que se ve rebasada. Esto causa la ironía, la violencia y la desesperanza maldita que provocan los actores políticos, pero en fin, es el momento de salir a votar este uno de julio considerada como una fecha histórica que nos da la oportunidad enmendar los errores que ubican a México como el país más corrupto a nivel internacional.
Mario CASTELLANOS ALCÁZAR
carloscastellanos52@hotmail.com
