Así lo indicó la especialista de la UNAM, Mariana Díaz, quien dijo que en México los hombres tienen casi doble de oportunidades de acceder a un empleo en comparación con las mujeres
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CIUDAD DE MÉXICO
La discriminación laboral para quienes viven con alguna capacidad diferente es una realidad poco visible, sin embargo, en el mundo 80% de estas personas están desempleadas, detalló Mariana Díaz, especialista en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México,
Esto implica, a nivel internacional, según datos de la OIT, alrededor de 3.0 al 7.0% del Producto Interno Bruto no está siendo producido porque justamente a las personas con discapacidad no se les da oportunidad de formar parte del grupo laboral, además, en general no contratadas por estereotipos y prejuicios”, precisó.
Al presentar el estudio “El Derecho al trabajo de las personas con discapacidad, elemento necesario para su efectiva inclusión social”, abundó que en México casi 6.0% de la población vive con alguna capacidad diferente y de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), los hombres tienen casi doble de oportunidades de acceder un empleo en comparación con las mujeres.
Ello, añadió, aunado a una brecha salarial importante, es decir, de las pocas personas con capacidades diferentes que trabajan reciben 66.5% del salario que percibe una persona sin discapacidad, ello de acuerdo con datos de la Asociación Latinoamericana de Población.
A su vez, refirió, que de las que pocas personas con capacidades diferentes que pueden acceder a un empleo lo hacen en puestos de bajo nivel y mal remunerados.
Ello, dijo, deriva en que a ellos los alcanza la pobreza, lo que se suma a que de manera general requieren realizar gastos adicionales ante la necesidad de pagar apoyos técnicos o humanos, es decir, para la compra de sillas de ruedas, muletas o un asistente personal.
De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2014 (ENADID), es posible observar que 49% de los hombres que trabajan reciben su sueldo como un fruto de su trabajo en tanto que las mujeres, en su mayoría, los recursos económicos que reciben son en su mayoría por programas sociales, ello, debido a que tienen menos acceso al trabajo en igualdad de condiciones.
La problemática no está en la persona con discapacidad está en las barreras que la sociedad impone en el entorno”, señaló al puntualizar que para eliminar la discriminación se debe evitar normalizar a las personas y eliminar esas barreras para que las personas puedan acceder en igualdad de condiciones.
Lo anterior, dijo, tal como está señalado en la Convención de Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con capacidades diferentes de la que México es parte.
En su opinión, el Programa Nacional de Trabajo y Empleo para las personas con capacidades diferentes2014-2018 es un gran paso debido a que se considera un gran paso social, pero aún falta por hacer para lograr sus objetivos.
Explicó que debido a que de las solicitudes de empleo recabadas por la Red Nacional de Vinculación Laboral que forma parte de este programa, solo pidió atender de manera satisfactoria 14.83%, aunado a que desde su construcción no se consultaron las necesidades inquietudes de quienes tienen alguna discapacidad.
Añadió que en el país si bien se puede encontrar leyes y políticas públicas que contemplan el tema éstas son insuficientes; sin embargo, no existen mecanismos para hacerlas efectivas.
En ese sentido, Díaz Figueroa expuso que de lo que se trata es de generar mecanismos para que estas personas sean incluidas en el ámbito laboral, aunado a la importancia que participen en el diseño, creación, implementación, seguimiento y evaluación de políticas públicas para asegurar que sus necesidades laborales sean atendidas.
El estudio “El derecho al trabajo de las personas con discapacidad, elemento necesario para su efectiva inclusión social” fue presentado este miércoles por la directora Ejecutiva Irene Tello, y la coordinadora de Proyectos de la iniciativa Impunidad Cero, Luna Mancini.