REMOLINO POLÍTICO
Noviembre 26 2017
Mario CASTELLANOS ALCAZAR
El Coordinador Estatal de Protección Civil, Helidoro Díaz Escárraga, fue exhalado por el pujante efecto de los terremotos del mes de septiembre pasado como un fenómeno social político que no se esperaba luego del cese de su antecesor, Demetrio Bohórquez Reyes, por fallas en el equipo operativo del sistema de alarmas.
Dicho cambio repentino no se esperaba en pleno proceso del rescate de decenas de miles de damnificados ocasionados por los terremotos en la región del Istmo de Tehuantepec en donde se colapsaron 42 municipios de esa región, sin embargo era necesario la primera reestructuración del gabinete para garantizar la implementación de nuevos mecanismos y estrategias de seguridad pública y de protección civil.
Díaz Escárraga, no es nuevo en el tema de seguridad y de protección civil, incluso fungió como Secretario de Seguridad Pública en el gobierno de José Murat Casab. De inmediato empezó a operar en el restablecimiento del sistema de radios que habían quedado inoperantes y asimismo coordinó las acciones de auxilio en los 42 municipios de la región del Istmo y posteriormente en el distrito de Huajuapan de León, La Sierra, La Cañada, la costa y los Valles Centrales.
Escárraga nos comenta que no es tarea fácil pero tampoco imposible, principalmente por la escasa cultura que los oaxaqueños tenemos en materia de protección civil, que es fundamental para los casos de desastres naturales, como los ocurridos por los efectos de los movimientos telúricos y los huracanes que también asolaron a la entidad oaxaqueña. Es urgente, dijo, establecer un sistema cultural en este rubro con la intervención de todos los sectores sociales, políticos, instituciones educativas, sectores de la producción, pero ante todo los tres niveles de gobierno que incluye al federal, estatal y municipal-
Es una tarea de todos, no solo de la Coordinación Estatal de Protección Civil, porque se trata de un sistema educativo, que debe institucionalizarse con nuevas técnicas, métodos, estrategias y proyectos integrales para lo cual se requiere de procedimientos metódicos y estructurales de gran calado, aprovechando las experiencias que nos han dejado los desastres naturales con la finalidad de contribuir en las medidas de prevención, no de los terremotos, que no están a nuestro alcance, pero si para evitar el mayor número de desgracias personales.
Fue un duro golpe para Oaxaca, el haber sufrido los percances telúricos y todavía las tormentas, que pusieron en movimiento a la ciudadanía, los gobiernos, el federal y el estatal, que pusieron en marcha todos sus operativos, sus planes, estrategias y proyectos gubernamentales para atender una situación tan desastrosa que nuca habíamos experimentado. El Presidente Enrique Peña Nieto y el Gobernador Alejando Murat Hinojosa desplegaron todo su esfuerzo y los recursos necesarios para iniciar los trabajos de reconstrucción de decenas de miles de viviendas, instituciones públicas, como escuelas, centros de salud, hospitales, iglesias, sin embargo, hubo plena solidaridad de la ciudadanía, agrupaciones altruistas, sociales, empresarios que no hicieron esperar su ayuda a los oaxaqueños y de la capital del país.
Preliminarmente el Gobierno Federal había anunciado 38 mil millones de pesos para los efectos de reconstrucción, incluyendo a Oaxaca, Chiapas y el Distrito Federal. Díaz Escárraga, manifestó que la ayuda a los damnificados no se regateó, ni hubo privilegios. Llegó a todos los estratos sociales con despensas, medicamentos, ropa, pero más que todo se les apoyo con recursos económicos: 120 mil pesos para daños totales de vivienda, 15 mil para parciales, diez mil pesos a los empresarios y comerciantes que se quedaron descapitalizados y programas de empleo temporal. Si hay algunas fallas involuntarias se están corrigiendo, como ocurre en la ampliación de los censos de los damnificados para incluir los desastres de las réplicas.
En el caso de Oaxaca, el gobernador Murat ha manifestado que no se permitirá un grado de corrupción en el manejo de los recursos y que tampoco se politizará el dolor humano, reiterando que quienes quieran hacer política y persiguen un puesto de elección popular tienen 15 días para presentar sus renuncias en el caso de los funcionarios públicos, pero de ninguna manera se va a desviar la atención oficial a los trabajos de la reconstrucción y apoyo a los damnificados.
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