El embajador de México ante la Santa Sede reconoció como ‘un gran gesto de solidaridad’ el apoyo del pontífice; aseguró que se trata de una muestra de su ‘enorme interés’ por nuestro país
REDACCIÓN
CIUDAD DE MÉXICO.
El embajador de México ante la Santa Sede, Jaime del Arenal Fenochio, agradeció al Papa Francisco la donación de 150 mil dólares anunciada por el Vaticano y destinada a las zonas afectadas por el terremoto que esta semana afectó el centro del país.
Han sido enormes las muestras de solidaridad, no solamente por parte de los colegas diplomáticos, embajadores y autoridades de la Santa Sede sino también de las personas que te vas encontrando en las calles, los vecinos, los choferes, todo el mundo pregunta, México se conoce y se sabe lo que está ocurriendo”, comentó.
En entrevista, el diplomático reconoció como “un gran gesto de solidaridad” el apoyo del pontífice y aseguró que se trata de una muestra de su “enorme interés por los problemas que están sucediendo realmente en México”.
Recordó que el miércoles pasado, el pontífice había mostrado su cercanía cuando saludó a los niños indígenas del coro “Voces Yumhu”, a quienes bendijo en la Plaza de San Pedro y les pidió que sigan cantando no obstante la adversidad.
La gratitud es el sentimiento que está en el aire, México sólo puede decir gracias, gracias al Papa, al apoyo internacional, a los hermanos de América Latina, a todos, pero sobre todo debemos dar gracias al mexicano, al que levanta escombros, al que lleva donaciones, al que está ayudando”, manifestó.
Del Arenal reconoció que tuvo un sabor “agridulce” la celebración de los 25 años de las relaciones diplomáticas entre México y el Vaticano, que se cumplieron este jueves 21 de septiembre.
Sostuvo que la efeméride se recordó con una conmemoración sombría pero aclaró que, por los acontecimientos, se convirtió en un día en el cual “no se puede festejar”.
Al mismo tiempo, reconoció sentir alegría por la forma en que se está comportando el pueblo mexicano ante la tragedia, en medio del dolor y el drama.
Esa alegría que acompaña al dolor, pero nos da esperanza. Los mexicanos no somos buenos quizás para muchas cosas, pero sí somos muy solidarios y hospitalarios, esa es nuestra gran característica que se manifiesta en eventos concretos, cuando hay que trabajar en común y en serio”, afirmó.