REMOLINO POLÍTICO
Diciembre 8 2017
Mario CASTELLANOS ALCAZAR
El gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa, por segunda vez hizo el llamado a los funcionarios de su gabinete a presentar sus renuncias a quienes aspiren a un puesto de elección popular y nuevamente les dio un plazo de 15 días más. Se muestra nervioso, ante las incidencias que vislumbran un proceso electoral muy accidentado y necesita mover las piezas de sus colaboradores para sentar las bases y el arranque de su administración en el año 2018, que por naturaleza es de poco rendimiento porque todos se van a la cargada electoral.
Por supuesto que hay testarudez de los aspirantes, que teniendo un cargo administrativo, se valen de este, para escalar a una senaduría, diputación o presidencia municipal. Casi le tiran la camiseta al gobierno estatal de extracción priista, desde el Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, que demuestran deficiencias en la tarea de gobernar y todo se hace a la deriva y sin ninguna responsabilidad de los funcionarios públicos, que de por sí, ya tienen medido al gobernante oaxaqueño, porque son hábiles y sagaces, aprovechando la novatez del gobierno muratista, que ya no ve lo duro, sino lo tupido. Por tanto, casi les implora que se pongan a trabajar o que renuncien, los que no están a gusto en el desempeño de sus funciones, debido a que ya no se observa rendimiento.
Todos andan haciendo lo suyo, en precampañas y dejan en evidencia la desarticulación de la función pública, desde el Poder Legislativo, en donde no hay diputado local que aspire a una diputación federal o a una presidencia municipal, incumpliendo sus funciones legislativas y les vale un “cacahuate” la aprobación de las leyes.
El Presidente de la Mesa Directiva de la LXIII Legislatura del Estado, Jesús Romero López, tránsfuga por eminencia, se pasó del PRD al PT y ahora milita en MORENA, en donde pretende lograr una diputación federal. Lo mismo, la Coordinadora de la Junta Política, María de las Nieves García Fernández, del PRI, está que vuela para llegar a la senaduría; Carol Antonio Altamirano del PRD, va por un escaño federal, Samuel Gurrión Matías, del PRI, por lo consiguiente, aspira a la senaduría. En fin los diputados han olvidado su función y por supuesto dejan en segundo término las comparecencias de los funcionarios del gabinete estatal con motivo de la glosa del Primer Informe del Gobernador Murat Hinojosa.
No digamos, en el Poder Ejecutivo, relacionado a los Secretarios y Directores del Gabinete Estatal, ocupan sus posiciones administrativas para llegar a un escaño político electoral, así tenemos, al Secretario de Administración, Javier Villacaña Jiménez, quien amarra cabos para llegar a la senaduría, desde luego por el PRI; la Secretaria de Asuntos Indígenas, Sofía Castro Ríos, quien nunca está en sus oficinas, siempre anda de comisión, no obstante esta en precampaña subrepticia para agendarse la senaduría; el Director de COPLADE, Ángel Meixueiro, a una diputación; el Secretario de Desarrollo Social de Oaxaca , Sedesoh, Raúl Bolaños Cacho Cué y el mismo Presidente del Tribunal Superior de Justicia, Raúl Bolaños Cacho, quien siempre ha aspirado a la senaduría o la presidencia municipal de la ciudad de Oaxaca de Juárez, postulado por el partido que sea, le da lo mismo, si por el PRI, PAN, MC o por MORENA, como ya lo ha hecho en los procesos electorales pasados.
Es un desbarajuste la administración pública de Murat. No encuentra la fórmula de quitarse de encima a ciertos funcionarios que le están dando la espalda en detrimento de su gobierno. Se muestra muy flácido ante los viejos “lobos de mar”, muchos de ellos impuestos por el ex gobernador José Murat Casab, quien está atrás del poder. Por tanto, ya se requiere un ajuste, enroque o cambios directos en su gabinete, que hasta hoy resulta fallido, tanto, también porque hay funcionarios con puestos claves, importados de otras entidades, en el caso los yupies que vienen en plan de aventura, sin importar el desarrollo de las actividades productivas de la entidad.
Se requiere mano dura y voz de mando, como la del ex gobernador
Murat Casab, drástico, duro represivo, algunas veces, y hasta grosero con los integrantes de su gabinete, a quienes no les dio consideraciones ni cuartel. Se los traía cortos y marcando el paso. “Puedes o no puedes, les gritaba, o te vas a la chingada, hijo de tu madre”. A los maestros se los dormía a igual que a las organizaciones sociales y políticas, les daba cuerda y se los echaba encima al entonces Presidente de México, Vicente Fox Quesada, a quienes los plantaba en Zócalo o los Pinos para exigirle más presupuesto.
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